28 DE MAYO
“DIA MUNDIAL DE ACCIÓN POR LA SALUD DE LAS MUJERES”
El derecho de las mujeres a gozar de salud integral a lo
largo de todo su ciclo vital, es un derecho humano universal consagrado por el
sistema internacional de derechos humanos.
La salud integral, por su parte, no es un hecho meramente
biológico, sino que responde más bien a factores biopsicosociales, y depende
del lugar que las mujeres ocupan en la sociedad, de su capacidad de acceder a
los recursos materiales y simbólicos para vivir una vida digna, con igualdad de
oportunidades, exenta de violencias. Una vida en la cual la sexualidad y la
reproducción se ejerzan desde la autonomía y la libertad.
Hoy esto no ocurre para millones de mujeres del mundo, en especial para las más pobres y las más jóvenes, para mujeres que aman a otras mujeres, para quienes son inmigrantes o desplazadas, para aquellas que habitan zonas rurales o urbano marginales, para mujeres de distintas razas o etnias, para quienes tienen capacidades diferentes, entre otras condiciones. Para ellas, el cruce de discriminaciones, violencias y exclusiones las aleja cada día del goce de los derechos humanos consagrados, en especial, del derecho a la salud integral y los derechos sexuales y reproductivos.
Hoy esto no ocurre para millones de mujeres del mundo, en especial para las más pobres y las más jóvenes, para mujeres que aman a otras mujeres, para quienes son inmigrantes o desplazadas, para aquellas que habitan zonas rurales o urbano marginales, para mujeres de distintas razas o etnias, para quienes tienen capacidades diferentes, entre otras condiciones. Para ellas, el cruce de discriminaciones, violencias y exclusiones las aleja cada día del goce de los derechos humanos consagrados, en especial, del derecho a la salud integral y los derechos sexuales y reproductivos.
Cada 28 de Mayo se hace un llamado a la acción, priorizando
temas como la calidad de la atención, los servicios de salud sexual y
reproductiva para adolescentes, el grave
impacto del aborto inseguro, los
derechos sexuales y reproductivos y la temática de la mortalidad materna como
una demanda de justicia social, considerando que se ha avanzado sustancialmente
pero no se ha erradicado.
El derecho a la salud implica gozar del más óptimo estado de
bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de enfermedad o
malestar.
Y también continuar impulsando en este marco, la plena
vigencia de los derechos sexuales y derechos reproductivos como derechos
humanos, en tanto avanzan en la conceptualización del espacio corporal como un
territorio de autonomía y libertad de opciones.
Este 28 de Mayo proclamamos se atiendan los
derechos en salud de la mujer:
·
El acceso
universal, en todas las etapas de vida, a la información y servicios de
atención de la salud gratuitos o de bajo costo y de óptima calidad, para gozar
de salud integral y de bienestar.
·
El derecho a que nuestra diversidad sea
reconocida y respetada en el diseño e implementación de esos servicios.
·
El derecho a ejercer una salud sexual y
reproductiva sana, libres de violencias y coerción.
·
El derecho a conocer y respetar nuestro cuerpo.
·
El derecho a ejercer una sexualidad sin riesgos
ni consecuencias indeseables o inoportunas.
·
El derecho a relacionarnos sexualmente con quien
deseemos sin ser presionadas ni violentadas, en el momento que elijamos.
·
El derecho a buscar y sentir el placer sin
culpas.
·
El derecho a no tener sexo.
·
El derecho a decidir el número de hijos e hijas
que queremos tener, cuándo tenerlos, o bien a no tenerlos.
·
El derecho a estar bien informadas para regular
nuestra fecundidad con métodos eficaces, seguros y asequibles, o que nuestra
pareja los utilice.
·
El derecho a recibir una atención de salud de la
más alta calidad en el embarazo, parto y en todos los otros momentos de nuestra
vida sexual y reproductiva.
·
El derecho a compartir las responsabilidades de
la sexualidad y la reproducción con la pareja.
·
El derecho a protegernos de infecciones de
transmisión sexual, incluído el VIH/SIDA, en especial cuando se trata de
mujeres adolescentes y niñas.
·
El derecho a una participación igualitaria de las
mujeres en las instancias de decisión del área de la salud, para que nuestras
demandas reales y urgentes tomen preeminencia.
·
El derecho a informarnos sobre la salud
ocupacional y trabajar para alcanzarla en todos los ámbitos laborales.
Que la acción continúe y se desarrolle en forma permanente, sostenida y transversal.
“Salud por y para la mujer”
Dirección Departamental de Salud Florida.